Edwin Zácipa, administrador de negocios internacionales y con altos estudios en gerencia política del Banco de Desarrollo de América Latina, es el director ejecutivo de Colombia Fintech, órgano que se encarga de todo lo relacionado con este nuevo espectro financiero, y que ha venido tomando fuerza con el paso de los años, conocido como las fintech.
¿Cuál es la situación actual de las fintech dentro del mercado financiero nacional?
Colombia tiene alrededor de 170 fintech mapeadas que están transformando productos, procesos y servicios de la actividad financiera en nuestro país.
Entonces, el ecosistema fintech en Colombia ya se activó.
Este busca que tengan mejores prácticas, sean responsables con el consumo financiero y se logre ampliar el nivel o control en la economía digital.
En el exterior, el fenómeno fintech está teniendo un movimiento imparable y Colombia ya hace parte de esta realidad.
¿Cuáles obstáculos se han presentado en este proceso de posicionamiento?
Definitivamente el tema fintech es nuevo, hay mucho miedo y desconocimiento.
Una de las primeras tareas a realizar es generar relaciones de confianza alrededor del tema con mayor crecimiento de nuevas empresas fintech para que los consumidores financieros confíen en lo que proveemos y se puedan construir los productos financieros.
Por lo tanto, hay muchas barreras por romper para llegar a ese propósito.
Una es la creación de confianza, el sistema financiero se basa en ello y queremos que el ecosistema fintech también lo sea.
Para ello, trabajamos en la responsabilidad del consumo financiero.
El gremio debe ser un facilitador y un autor neutro en la identificación de negocios que benefician de manera positiva la situación financiera país.
En este punto, el Gobierno debe empezar a comprender este movimiento de forma diferencial teniendo en cuenta la naturaleza del negocio y sus formas heterogéneas dentro del mercado.
¿Los bancos y demás entidades financieras ven a las fintech como un enemigo o un posible aliado?
Depende, hay entidades financieras o bancos que ni siquiera ven a las fintech, hay entidades financieras que nos ven como aliados y otras que nos ven como enemigos.
Para contextualizar, existen tres olas fintech. La primera, que es la que marca el nacimiento de las fintech, se dio en 2008 y fue de alcance internacional (recuérdese que estas nacieron como respuesta al mercado).
La segunda fue cuando empezaron a ganar terreno en materia de legalidad financiera, esto hizo que la banca se asustara y se consideró una amenaza. Sin embargo, en la tercera ola el paradigma cambió.
Hoy se habla de un rol de integración en el que se trabaja en equipo y colaboración, ya no se habla de un modelo de competencia, sino de cooperación, que es distinto.
Es muy frecuente encontrar alianzas entre estos nuevos actores porque deben estar alineados frente a la nueva realidad digital con otros actores más grandes y poderosos que cuentan con una situación financiera bastante privilegiada y pueden hacer útil el sistema financiero.
Avances de la Superfinanciera en pro de la integración de las fintech al grupo de entidades nacionales vigiladas
La Superfinanciera hace parte de las subcomisiones fintech que tenemos dentro de la Comisión Intersectorial para la Inclusión Financiera, un espacio de coordinación público-privado en el que se discuten las tendencias y todos los posibles acuerdos institucionales a realizar.
De manera que hemos venido trabajando con su versión de fintech dentro de la Dirección de Investigación y Desarrollo, mediante un proceso de acompañamiento y aprendizaje mutuo sobre la introducción de este modelo de negocio frente a su modelo normativo.
En ello, se acompaña a la Superfinanciera en todo el tema de capacitación y pedagogía, en relación al entendimiento del modelo de negocio, criterios a tener en cuenta y naturaleza de cada uno. Afortunadamente tenemos las puertas abiertas con la entidad y seguimos construyendo cosas interesantes.
¿Qué temores tiene la Superfinanciera frente a esta nueva forma de hacer negocios?
Precisamente se trabaja y explora en conjunto estas iniciativas normativas, gracias a que existen empresas disfrazadas de fintech.
En esos casos se realiza un acompañamiento porque hay empresas que no están haciendo bien la tarea y se requiere apoyo mutuo con el fin de robustecer estos modelos de negocio y alertar a los que no están dando garantías frente a los servicios financieros que ofrecen.
Hay principios que no se pueden negociar como la atención al consumidor y la estabilidad del sistema. Para ello se necesita que las fintech sean responsables y transparentes alrededor de esos aspectos.
En el tema fintech hay mucho desconocimiento y temor, afortunadamente actores como el Banco de la República están abiertos a comprender los modelos de negocio y hacer los cambios proactivos que dinamizan el estado de la forma productiva de los servicios financieros, para en definitiva lograr institucionalizar todo el ecosistema fintech en Colombia.