La morosidad durante la COVID-19

 

By FintechNews staff

La pandemia impactó de golpe no sólo en el ámbito sanitario sino económico y global. Una situación que afectó de lleno en las empresas viéndose abocadas a adoptar medidas urgentes generales de la noche a la mañana, restricciones de movilidad y teletrabajo, pero, además, otras medidas regulatorias que condicionaron el mercado económico ante un devenir de incertidumbres en cuyo horizonte se vislumbraba una crisis económica sin precedentes, el aumento de la morosidad, ERTEs, moratorias o dependencia excesiva de la financiación bancaria.

Las entidades financieras recobraron 9.154 millones de euros, un dato muy positivo para la economía al reincorporarse al ciclo del crédito. El comportamiento de la tasa de morosidad se contuvo en 2020, situándose en el 4,6% en el negocio de la banca en España, una cifra que es necesario interpretar con mucha cautela por el efecto que pudiera tener en ellas medidas como los ERTE o las moratorias crediticias. El Observatorio de Morosidad de CEPYME revela que, en el segundo trimestre de 2021, la morosidad empresarial descendió. Así lo corrobora también el Indicador Sintético de Morosidad Empresarial (ISME) que mide las fluctuaciones coyunturales de los retrasos en pago en nuestro país, en concreto, entre abril y junio bajó 3,8 puntos porcentuales respecto trimestre anterior y 2,4 puntos respecto al mismo periodo del año pasado.

La pandemia ha supuesto un ante y un después para las empresas, unos cambios estructurales evidentes y una transformación de la crisis de liquidez en crisis de solvencia. Es necesario que las entidades financieras discriminen entre empresas y traten de identificar, lo antes posible, las menos viables y con mayores riesgos para conseguir equilibrio entre la flexibilidad y las restricciones a la hora de refinanciar un prestamos. Las autoridades reguladoras y supervisoras se plantean ese dilema, con la flexibilidad y se incrementarían los problemas de morosidad en el medio de largo y medio plazo y, con el enfoque más restrictivo se provocarían quiebras de empresas viables pero ilíquidas.

 Una solución que evalúa la relación crediticia del prestatario basada en el comportamiento previo y la información predictiva de las relaciones de esa persona o pyme es MODELLICA Collections Engine (MCE).

Probablemente a medio plazo la morosidad empresarial aumentará en los próximos meses con la retirada paulatina del apoyo público a las empresas; es más, podría existir un notable repunte debido a la finalización de los ERTE prorrogados nuevamente hasta el 28 de febrero en el RD Ley 18/2021 de 28 de septiembre de medidas urgentes para la protección del empleo, la recuperación económica y la mejora del mercado de trabajo, en el que, entre otras medidas, se incluye la nueva extensión de este mecanismo de protección del empleo con el fin de para aminorar los reveses económicos de las empresas.

Por último, un aliado infalible en el actual contexto son las nuevas tecnologías para el control del riesgo, así lo afirma Antonio García Rouco director General de GDS Modellica, “es preciso confiar en tecnologías poderosas e innovadoras como la automatización, la predicción, el análisis avanzado y la inteligencia artificial, estás tecnologías ayudarán a transformar los modelos de negocio actuales con estrategias inteligentes, precisas y no intrusiva”.

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