“Podemos considerar una tecnología de tipo blockchain (como la de bitcoin) u otra que evolucione a partir de los pagos electrónicos existentes”, dijo Yi. Pero será gestionada de forma centralizada, al contrario de lo que ocurre con el bitcoin.
“El banco central estará en el primer nivel como coordinador y las demás instituciones bancarias del país debajo”, explicó Stanislas Pogorzelski, redactor jefe del sitio especializado Cryptonaute.fr, quien agregó que el fin es “reemplazar el efectivo”. Hasta hace dos años, las tres principales plataformas de transacciones en bitcoines de China (BTC China, Okcoin y Huobi) representaban más del 98% del comercio mundial, según el sitio de referencia bitcoinity.org.
El sector no estaba regulado y las transacciones pasaban por debajo del radar de las autoridades, por lo que el gobierno cerró en 2017 las plataformas de intercambio de criptomonedas.
Pero el régimen comunista teme ser superado por la futura moneda de Facebook, bloqueado en China.
La libra, al igual que el bitcoin, “representa un peligro para el yuan” en un momento en que Pekín está preocupado por estabilizar su moneda, afirma Song Houze, del grupo de reflexión MacroPolo, especializado en la economía china.
El anuncio del nacimiento de la libra es una “alerta” para Pekín, según un exalto funcionario del banco central citado en la prensa china. Explica que podría conmocionar el sistema monetario internacional.
El proyecto de la libra es rechazado por varios gobiernos, como el de Estados Unidos y algunos en Europa, preocupados por la mala reputación de Facebook en temas de privacidad y protección de datos personales y temerosos de que se use para engañar al fisco.
Varias empresas, como los emisores de tarjetas bancarias Visa y Mastercard, la plataforma de comercio en línea eBay, se retiraron del proyecto. Song advierte que el banco central chino no debe de quedar al margen del hecho de que “el uso de dinero en papel declina”.
Con una criptomoneda nacional, las autoridades tendrán “una mejor percepción de las transacciones en el país”, señalan los analistas de la firma Trivium China, con sede en Pekín. La moneda virtual podría ayudar a “mejorar la gestión de los riesgos y reducir las malversaciones financieras”, señalan en una nota.
El banco central podrá “obtener información nueva que no pueda obtener con una transacción en efectivo”, comentó Song.
Menos rastreable, la moneda en efectivo “representa el último baluarte en materia de privacidad”, señala Pogorzelski.
En un país donde se generalizan los sistemas de “crédito social” y las cámaras de vigilancia de reconocimiento facial, la criptomoneda podría permitir “vigilar más los hechos y gestos de la población”, advierte.