Las entidades financieras están expuestas permanentemente a nuevas y sofisticadas vulnerabilidades, desde ataques phishing o malware hasta fraudes en tiempo real. La digitalización de los servicios financieros y el desarrollo de herramientas y técnicas disruptivas, según el Observatorio de Finanzas y Tecnología de Funcas, publicado en marzo 2025, ha acarreado un incremento del riesgo operacional de los bancos y de los fraudes en los pagos. Los ciberdelincuentes aprovechan las brechas de los procesos de autenticación y validación para generar pérdidas económicas directas y también de reputación, erosionando la confianza del público y atrayendo una mayor supervisión regulatoria.
Aproximación al fraude digital
En el sector financiero, el incremento exponencial del fraude y de ciberataques en las últimas décadas, según informe del FMI, más de 20.000 ciberataques y 2 mil millones de dólares de pérdidas, exige una respuesta contundente por parte del sector para proteger y garantizar la operatividad e integridad del sistema, la seguridad de la información y mantener la confianza de los clientes. La Autoridad Bancaria Europea (EBA) revela que, según el 42,4 % de los bancos europeos, uno de los principales determinantes del riesgo operacional son los pagos fraudulentos, concentrándose en dos: las transferencias (57,25 %) y las tarjetas (32,02 %). El BCE y la EBA, en un informe conjunto sobre el fraude en los pagos, publicado en agosto de 2024, desvelan que el importe defraudado en los pagos efectuados ascendió a 4,3 mm de euros en 2022 y a 2 mm de euros en el primer semestre de 2023. Asimismo, en dicho informe también se recoge cómo la SCA o autenticación reforzada de los clientes en el Espacio Económico Europeo está funcionando, lográndose reducir el riesgo de fraude en las operaciones con tarjeta.
De las tecnologías avanzadas y su eficiencia en la prevención del fraude
Las amenazas de fraude evolucionan y las técnicas empleadas por los ciberdelincuentes se sofistican, los sistemas de detección tradicional no sirven. Las entidades e instituciones financieras, para hacer frente, se han visto obligadas a hacer lo propio incorporando tecnologías avanzadas, estrategias preventivas operativas y eficientes capaces de mitigar los riesgos crediticios, avanzar en materia de ciberseguridad y prevenir los fraudes en tiempo real. Los usuarios y clientes son los principales beneficiarios.
La incorporación de tecnología avanzada en el nuevo ecosistema financiero, cada vez más digital e interconectado, hace posible monitorear o supervisar en tiempo real las transacciones digitales, identificar comportamientos anómalos y disminuir el riesgo. El uso creciente de datos sensibles, como análisis de crédito y evaluación de riesgos, requiere tecnologías de vanguardia para proteger la información y las transacciones. En este sentido, desde GDS Link Modellica afirman que “la IA, el Machine Learning y la orquestación de datos en tiempo real son eficientes en las soluciones de mitigación de fraude, para detectar actividades sospechosas antes de que se produzcan pérdidas, sin generar fricción innecesaria para los clientes legítimos protegiendo los negocios sin comprometer la experiencia de usuarios”. Los beneficios de su aplicación son indudables:
– Eficiencia mejorada: el análisis de las transacciones en tiempo real reduce el tiempo de respuesta ante los posibles fraudes.
– Mayor precisión: los algoritmos de IA facilitan identificar patrones complejos.
– Reducción de costes: al minimizar las pérdidas por fraude, se reducen también los gastos operativos, y reputacionales relacionados con estas actividades delictivas.
– Seguridad reforzada: protección de los datos financieros de los clientes. La capacidad detectar comportamientos inusuales con antelación permite aplicar medidas preventivas.
Además de su implantación e integración al proceso financiero, la tecnología avanzada necesita de mantenimiento y modernización Requiere, así pues, para su buen desarrollo disponer de datos de calidad, reales y actualizados a tiempo real, bien filtrados, para que los algoritmos de IA se entrenen con datos correctos, de lo contrario generarían resultados sesgados y su precisión no sería tal.
La protección integral de fraudes y ciberataques es una prioridad para las empresas e instituciones. Las normativas europeas avanzan es esa línea con dos regulaciones recientes claves: el Reglamento DORA, de resiliencia y ciberseguridad aplicable al sector financiero y a los proveedores de servicios de comunicación y tecnológicos que entró en vigor en enero de este año y la Directiva NIS2, que refuerza la ciberseguridad en infraestructuras críticas. Estas regulaciones, además de la obligación legal de su cumplimiento, persiguen mejorar la competitividad de las empresas europeas y generar confianzas a los ciudadanos, pero también a inversores financieros globales. Resiliencia operativa y la ciberseguridad son esenciales para mantener la confianza y la estabilidad. El Fondo Económico Mundial, en su documento Disrupting Cybercrime Networks: A Collaboration Framework, señala que el “futuro pasa por la creación de redes e intercambiar información en tiempo real para que las instituciones y entidades fortalezcan los controles internos e implementen los procesos preventivos capaces de emitir una respuesta rápida, identificar cuentas sospechosas o bloquear transacciones antes de que se ejecute, en definitiva, reducir los incidentes y el fraude”. La colaboración y cooperación entre bancos emisores y receptores son indispensables para enfrentar los ciberdelitos financieros y avanzar en prevención y seguridad.
La seguridad integral de los clientes es imprescindible y esencial para preservar el crédito y garantizar la confianza en las operaciones financieras digitales y confianza de los clientes. La senda a seguir, según GDS Link Modellica “es lograr el equilibrio entre la prevención del fraude y lograr una experiencia fluida con el cliente, con el fin de garantizar su seguridad, minimizar pérdidas y maximizar el crecimiento. La coordinación y colaboración entre las instituciones de la Unión Europea y los agentes económicos es clave a la hora dar una respuesta efectiva al incremento del fraude digital. La implementación e integración de herramientas y tecnologías avanzadas es indispensable no solo para ofrecer servicios y productos más personalizados, inteligentes y eficientes sino para evitar pérdidas millonarias. La tecnología es la mejor inversión y estrategia de prevención ante el frente al fraude digital sofisticado, de esta manera se logrará para evitar y aminorar el riesgo, garantizar la seguridad, mejorar la experiencia de cliente y generar mayor confianza”.