Por Agustina Dergarabedian
Cero. Esa es la cantidad de científicas de datos que trabajan en la oficina de STRANDS, firma dedicada a desarrollar tecnología FinTech, en Buenos Aires.
Y, según su directora de marketing, no es porque no las están buscando: “Nos gustaría sumar más chicas pero no las encontramos. En España nos pasa lo mismo, contar con ellas es un gran lujo. Hay muy pocas”, comentó Yasinetskaya, en el aula 403 de la Facultad de Ingeniería de la UBA, uno de los espacios donde se desarrolló WIDS 2018.
La banca se encuentra en plena transformación digital y, en ese contexto, los datos aportan valor para manejar el negocio y tratar a los clientes de una forma diferente: ayudan a saber cuándo gastan, en qué gastan, optimizan procesos y crean nuevos modelos de negocios.
Los especialistas en manejar este tipo de información son los que rompen los esquemas y los que trabajan para superar las barreras de cada día.
En este sentido, las empresas de Tecnología Financiera (FinTech) juegan con ventaja respeto a las entidades financieras tradicionales porque se mueven en un marco más ágil, más flexible y con mayor capacidad de adaptación.
“Para que Fintech se pueda diferenciar de los bancos tradicionales, se necesita un equipo diversificado. No queremos servicios financieros sólo para mujeres, queremos que todas las comunicaciones que nos ofrecen los bancos también estén hablando nuestro lenguaje, nos traten de tú y tú y sin diferencias en el servicio por nuestro sexo”, explicó Victoria.
“Creo que hay una gran contradicción porque los datos nos dicen que el 80% de los gastos domésticos son realizados por las mujeres pero solamente el 7% de las mujeres son ejecutivas importantes de Fintech”, añadió.
Atraer y mantener el talento de los profesionales de Data Science, especialmente el talento femenino, es un valioso desafío.
Cualidades como la empatía, la humildad y la colaboración son las que destacan entre las especialistas, aportando gran valor en ámbitos de liderazgo y trabajo en equipo para cualquier empresa, independientemente del sector.
Para conseguir un aumento en las cifras, el cambio tiene que abarcar en varios niveles: familiar, social, educacional y legislativo para que las mujeres no tengan que elegir entre avanzar en su carrera y tener una familia.
“Al incorporar a más mujeres al sector, Argentina tiene la posibilidad no solo para ayudar al desarrollo e innovación del sector financiero local sino también de poder colaborar con empresas internacionales que buscan talento femenino. Este es el momento ideal para promover una mejora de verdad”, finalizó Yasinetskaya.
Una situación similar en seguridad informática
Al igual que Fintech, la industria de la ciberseguridad es un área prácticamente inexplorada por las mujeres. Su participación representa apenas el 11% del total de la fuerza de trabajo en el sector, de acuerdo con el estudio “Beyond 11 Percent: A Study for Why Women are not Entering Cybersecurity” de Kaspersky Lab, que resalta los motivos por los que la carrera en ciberseguridad sigue siendo un obstáculo para las mujeres.
Las mujeres que trabajan en la industria de la seguridad cibernética se enfrentan a una realidad común: ser la única representante femenina en una sala repleta de hombres – este puede ser uno de los principales motivos para que la mayoría decida no seguir una carrera en el área de TI.
Es importante señalar que esa misma falta de mujeres en el sector puede generar un círculo vicioso: entre menos mujeres, más rápido se pierde la voluntad de querer ingresar a la industria.
Para revertir las estadísticas sobre las mujeres y la ciberseguridad, Kaspersky Lab cuenta con iniciativas como Kaspersky Lab Academy, Kaspersky Start México, Kaspersky Cybersecurity Certification Program y Kaspersky Cyber Days, por medio de los cuales la empresa pretende reconocer y aumentar las habilidades de estas profesionales que sean relevantes para el área.