La guerra total entre bancos y fintech “recrudeció” en los últimos meses, en busca de la “esmeralda perdida” de los servicios financieros: los nativos digitales, el tesoro más preciado por los negocios del sector.
Los nativos digitales han redefinido las comunicaciones en el mundo, la cosmovisión en un ecosistema diferente al conocido hasta ahora.
Para las empresas es también una revolución. Y los bancos y otras compañías financieras no son la excepción. La manera en que consumidores y empresas se relacionan ha cambiaro radicalmente.
Acechados por el surgimiento de las fintech y las demandas del nuevo consumidor, los bancos tradicionales decidieron invertir para continuar siendo relevantes: la triple apuesta integra tecnología, cambio de procesos y transformación cultural, explicó un informe de Red Hat, una multinacional estadounidense de software proveedora de soluciones de código abierto.
Una de las caracteristicas de esta transformación es la hipercompetencia entre los tradicionales jugadores de cada industria y crea un espacio para el surgimiento de nuevos actores, muchos más propensos a la innovación y a la satisfacción de las generaciones de clientes más jóvenes.
En el sector de la banca comercial minorista, los clientes tienen cada vez mayor contacto con su banco, pero el 95% de las veces lo hacen de manera digital/online. La demanda está centrada en el manejo electrónico de sus cuentas, las transacciones remotas y los pagos móviles; y aquí es donde la industria financiera ha sido desafiada por el auge de las fintech, apuntó el informe.
De acuerdo con datos de la Cámara Argentina de Fintech, existen en el país unas 223 empresas fintech, con un crecimiento de 110% interanual, a julio de 2019. Emplean a unas 9.500 personas. Del total, 58 son empresas de Crédito, 39 de Pagos Digitales, 29 son Proveedoras Tecnológicas y 25 están orientadas a los Criptoactivos. Más de 20 ofrecen servicios B2B, unas 18 están concentradas en Inversiones, 16 en Financiamiento Colectivo, 13 Insurtech y las cuatro restantes se dedican a Ciberseguridad.
“La innovación no implica la mera adopción de tecnologías de última generación, sino una modificación en los procesos, en la toma de decisiones y en las metodologías de trabajo, donde todos sus colaboradores adquieren un rol cada vez más protagónico. Es decir, se necesita un cambio cultural de fondo en toda la empresa”, explicó Jorge Payró, director comercial de Red Hat.
Las fintech en argentina permiten, por ejemplo, la compra-venta de dólar con menores spreads que las entidades financieras, y usan biometría para el acceso a las plataformas, entre otras. En los últimos meses, se han creado también en Argentina bancos 100% digitales, sin sucursales físicas.
-Para mantenerse competitivos, los sectores bancarios tradicionales no sólo deben revisar sus procesos operativos, sino también pensar críticamente acerca de las capacidades de sus plataformas digitales, introduciendo cambios y modernizándolas.
-En la cultura de la interacción y el acceso a la información en tiempo real, los bancos deben encontrar el equilibrio entre generar nuevas innovaciones y controlar los costos, mientras cumplen con los requisitos normativos. Y, para resolver estos desafíos, necesitan una infraestructura tecnológica con plataformas abiertas, en constante desarrollo y evolución.
-Una real transformación digital comprende la implementación y la maduración de un cambio cultural de largo alcance al interior de cada compañía, que permita incrementar la agilidad, la flexibilidad y el espíritu colaborativo entre los equipos.
-Expertos en tecnología que asesoran a distintos actores del sector bancario, han acuñado el concepto de “Banca Abierta” u “Open Banking”, que se refiere a las compañías de servicios financieros que crean un ecosistema con modelos de liderazgo e innovación abiertos, en la que distintos grupos de colaboradores aportan a un objetivo en común: crear soluciones novedosas, ágiles y escalables que permitan resolver los desafíos tecnológicos actuales.
Al aprovechar las plataformas de código abierto, los bancos pueden tener la oportunidad de proporcionar servicios innovadores para sus clientes y mantenerse a la vanguardia, al mismo tiempo que garantizan las normas de cumplimiento y de seguridad. Con el foco en los usuarios, el sector bancario se vuelve abierto.