Más allá de las caídas recientes en el servicio, Instagram se consolida como un negocio redituable para Facebook. Ahora, esa red social que nació enfocada en la fotografía da un nuevo paso para convertirse en una tienda online. Y no escapa a la polémica.
Instagram suma una función de pago dentro de la app. De esta forma, es posible comprar productos publicados sin salir de la aplicación móvil, o sea, sin que la transacción deba cerrarse en la tienda del comerciante.
Algunos detalles para tener en cuenta: las compras solamente podrán realizarse desde la app (no en la versión de escritorio) e irán llegando gradualmente a todos los usuarios. Para las operaciones, Instagram se asoció con PayPal.
Cambios y conflicto
En 2012, Facebook pagó mil millones de dólares por una app que tenía 30 millones de usuarios. Ahora, se estima que el valor de esa plataforma ronda los 100 mil millones de dólares. Como señalamos más arriba, el servicio es redituable para la compañía de Zuckerberg.
Eso sí: el exponencial crecimiento no fue ajeno a conflictos. Los fundadores de la red social de fotografía renunciaron a Facebook en octubre de 2018. Si bien en la salida reinó la diplomacia, se supo que ya era insostenible la relación con Zuckerberg y con la mesa directiva de la empresa que él dirige.
Tal como contamos acá, antiguos empleados de Instagram contaron los desencuentros entre Facebook y los creadores de la plataforma. “El sentido de intimidad, creatividad y descubrimiento que definió a Instagram y lo hizo exitoso, pasó a ser un mercado impulsado por celebridades, diseñado para reducir el tiempo y la atención de los usuarios, a costa de su bienestar”, dijo una de las trabajadoras que renunció a la empresa una vez que se integró a la de Zuckerberg.
La nueva función que convierte a Instagram en un e-commerce supone un nuevo paso en esta mutación, facilitada ahora que están fuera los fundadores de esa red aparecida originalmente en 2010. Lo cierto es que la app ahora es liderada por Adam Mosseri, un hombre de confianza de Zuckerberg y, en tanto, mucho más dócil que los anteriores directores.
Naturalmente, en los anuncios oficiales aseguran que los datos de los usuarios (ahora “compradores”) se guardan en forma segura. No obstante, esta novedad en Instagram reabre el debate sobre la privacidad de la información que se comparte, en este caso con datos bancarios incluidos, direcciones postales, etcétera.
De hecho, una ejecutiva de la empresa reconoció en declaraciones al sitio Recode que la información recabada en las compras podría utilizarse en el negocio de publicidad de Facebook, una compañía que en los últimos tiempos se vio involucrada en múltiples escándalos relativos al manejo de los datos de sus millones de usuarios.
Finalmente, ¿qué ocurrirá con el contenido? En más promesas oficiales, desde Instagram aseguran que las publicaciones con productos en venta no tendrán privilegios en el feed.
Pero siendo que, tal como señala la antes mencionada fuente, la empresa se lleva un porcentaje de cada venta (no especificado), cuando menos surgen suspicacias respecto a ese punto. ¿La red social que nació como un espacio para la estética fotográfica se convertirá definitivamente en una tienda bonit