By Jeanette Leiva
Hoy en el mundo financiero se pueden encontrar un sinfín de aplicaciones tecnológicas que pueden servir para mejorar desde la experiencia de un usuario de servicios bancarios, hasta innovaciones que hacen que la banca voltee los ojos hacia ellos y, sin pensarlo, sean adquiridas.
No hay actualmente una institución financiera regulada, sea banco o medio de pago, que no se encuentre seducida por las startups que hay en el mercado. El trabajo que tienen que hacer (reconoce por ejemplo Mastercad) es conectar la tecnología nueva a través de redes y procesos financieros confiables y seguros para poder crear una experiencia más fluida y gratificante para el usuario.
BBVA Bancomer, el banco más grande del país, tiene claro que seguirán adquiriendo nuevas empresas de tecnología financiera como parte de su estrategia de crecimiento y trabajan desde hace un año con 10 Fintech en pruebas pilotos. Ayer anunciaron la adquisición total de OpenPay, la cual se convertirá en su plataforma de comercio electrónico y será una opción como medio de pago.
En el caso de Citi, a nivel global inició la apertura parcial de sus plataformas tecnológicas para que empresas fintech las utilicen y mejoren la experiencia de los clientes, incluyéndose ya a México en este proceso.
Todos tuvieron en común que nacieron de una idea (en muchos casos de un emprendedor) que con pocos recursos logró desarrollar una empresa de este tipo que hoy aportan un elemento innovador a la industria financiera regulada.
Por ello, aunque públicamente se aplaude la decisión del gobierno federal de elaborar un proyecto de Ley de Tecnología Financiera, conocida como Ley Fintech —que tocará desde el bitcoin (en el cual el propio Banco de México ya dijo se debe ir despacio), hasta pedir capital a cierto tipo de empresas tecnológicas para evitar riesgos sistémicos—, en privado hay preocupación de que pueda convertirse en un obstáculo para los innovadores dado los requisitos, hasta cierto grado burocráticos, que se establecieron en el proyecto (hasta ahora no oficial) que circula en el sector.
Sin bien este proyecto de ley no ha sido enviado a ninguna de las dos cámaras (Diputados y Senadores), y dado que concluye el periodo esta semana, es muy poco probable que ya ocurra, lo que puede darle un respiro a que se siga modificando antes de ser enviada, ya que existe preocupación entre los emprendedores de esta industria de que algo que ha venido funcionado hasta cierto grado bien, pueda ser afectado con esta nueva ley que frene de tajo la innovación tecnológica y financiera que se ha venido desarrollando en el país.
Para la autoridad es prioritario regularlos y vigilarlos, sobre todo en el tema de lavado de dinero y fraudes, ya que así como se abrieron las Sofomes y proliferaron por todos lados —con vigilancia escasa y confiando en que el mercado las vigilaría—, puede darse un fenómeno semejante en este caso, en donde al final el perjudicado sea aquel que confía en este tipo de empresas y aplicaciones. Muchas tienen interesantes ideas, aunque hay otras que abusan de la ignorancia de las personas. De este tema les contaré más adelante. Por lo pronto, la moneda está en el aire.
Twitter: @JLeyvaReus