Por Rodolfo Andragnes (*)
Desde la aparición de Bitcoin se sucedieron más de 3000 nuevas criptomonedas, algunas meras copias con pocos cambios (litecoin, doge), otras más funcionales (eth, eos, rsk, etc.), otras que replicaron las existencias de otras monedas (bitcoin cash, BSV) y finalmente, las más recientes stablecoins, que intentan mantener un valor estable a lo largo del tiempo (Theter, Dai, MoC).
A este escenario competitivo se sumará libra (2020), un proyecto coordinado por Facebook que promete cambiar el escenario global y competir con el Bitcoin mismo. Pero antes de saltar a conclusiones embelezados por el potencial de más de 2000 millones de usuarios, entendamos un poco las características, diferencias y desafíos que tiene por delante.
El Bitcoin es un nuevo sistema monetario pues no representa a otras monedas, escaso pues habrá sólo 21 millones de Bitcoins, previsible por su emisión matemáticamente establecida, descentralizado pues no es una empresa y las decisiones se toman entre todos los players de la comunidad, distribuido pues cualquier PC puede mantener y validar todas las transacciones pasadas y futuras sin confiar en nadie, global pues no le afectan límites geográficos, incensurable pues es de libre disposición, inconfiscable pues no pueden ser embargadas, inclusivo pues no le importa quién sos, descolateralizado pues no tiene activos subyacentes, de codigo abierto pues cualquiera puede revisar el código fuente, libre pues cualquiera puede sumarse en cualquier rol, pseudónimo pues no mantiene registro de identidades personales, y público pues todos pueden ver el 100% de la información y existencias, entre otros.
Estas cualidades lo hacen diferente a cualquier otra moneda existente o dinero digital, y además, tampoco depende de decisiones cambiantes de los gobiernos, es de contratendencia a las crisis económicas globales, es inalienable y en caso de éxito, también deflacionaria, por ende interesante como inversión y reserva de valor a largo plazo.
Por contraparte, Libra se presenta como un sistema monetario colateralizado por una bolsa de monedas y de deudas estatales, con el poder concentrado entre más de 100 entidades fundadoras. Al ser una entidad legal, está sujeta a las prohibiciones y leyes de cada Estado no pudiendo ser 100% global, y siendo censurable y embargable por lo mismo. Tampoco será 100% inclusiva, ni privada por exigir KYC (N.deR. “Conozca su cliente”, por sus siglas en inglés. Es el proceso de una empresa que identifica y verifica la identidad de sus clientes. El término también se utiliza para referirse a las regulaciones bancarias y anti-lavado de dinero que rigen estas actividades).
Pero su estabilidad puede ser mayor y, sumado a su red de usuarios, sus ventajas técnicas contra bancos y los medios de pago tradicionales, puede ser ideal como medio de intercambio o unidad de cuenta, poniendo quizás en jaque el rol de bancos y monedas estatales por cuanto su éxito puede ser su propio ocaso al depreciar su propio subyacente (en este escenario sumar Bitcoin sería su propia salvación).
Pero también es importante destacar riesgos comunes a éstos proyectos, como ser: peleas de intereses internos, juicios, amenazas de gobiernos, embargo de colaterales, falseamiento del saldo de colaterales, etc. Además de no tener trayectoria ni ser realmente una blockchain, las promesas de largo plazo se basan en desafíos aún sin resolver. También compartirán tu KYC con intermediarios y quizás con hackers.
Otro detalle no menor, y tal vez la gran razón detrás de esto, es que los socios fundadores se distribuirán el rendimiento financiero del invaluable fondo que administrará a los colaterales mantenidos.
Eso sí, no se puede negar que el Bitcoin se perfila como la semilla de una de las revoluciones de mayor impacto en el mundo después de internet, tanto en el ámbito financiero mundial, como en todo lo que se base en confianza (con la Blockchain). Y si lo pensamos por un minuto, muy pocas cosas de nuestra vida quedan fuera de esos dos escenarios.
Para leer mas sobre Bitcoin, le recomendamos este artículo: Bitcoin is dead — long live digital currencies
(*) Presidente de la ONG Bitcoin Argentina. CoFundador de la Alianza Blockchain Iberoamérica.