Hace no muchos años los bancos vivían momentos de gloria. Era necesario buscar la sucursal más cercana para formarse y realizar trámites como depositar dinero, cobrar un cheque, pedir un préstamo, pagar la luz, el agua, la renta, la tarjeta de crédito y en algunos casos, los sueldos de los empleados.
Las comisiones y las penalizaciones por pagos tardíos eran el pan de cada día, con largas filas y pocas sucursales para atender la demanda, sobre todo en fechas importantes como las quincenas y los últimos días del mes. Si, existían ejecutivos de cuenta, pero no podían atender a todos. La fórmula era simple: mientras más dinero tenías invertido, mejor atención recibías.
Las páginas de internet o portales en línea de los bancos comenzaron a cambiar este esquema, permitiendo que los afortunados con una buena conexión pudieran realizar la mayoría de las transacciones en línea. Después llegaron las aplicaciones móviles buscando que los usuarios pudieran hacer la mayoría de las transacciones desde un teléfono inteligente, algo que no solamente vuelve más eficiente el servicio y mejora la experiencia del usuario sino que también reduce costos operativos y le permite a los bancos optimizar las sucursales con foco en aquellos servicios que todavía demandan una interacción cara a cara.
Estos nuevos jugadores esperan lograr que el proceso de abrir una cuenta y utilizar servicios financieros sea más sencillo, confiable y transparente, sin cobros y comisiones ocultas. En un país en donde la mitad de la población no tiene una cuenta bancaria, las empresas Fintech o “Instituciones de Tecnología Financiera” aspiran tener el 30% del mercado, ejerciendo presión sobre las grandes instituciones que durante muchas décadas no han sido capaces de atender de manera adecuada a una población que hoy desconfía de ellas y tiene miedo de guardar ahí su dinero, pedir un préstamo o comprar un seguro a través de ellas.
Hoy existen más de 230 empresas Fintech en México de las cuales 80 han surgido en los últimos 10 meses buscando mejorar la experiencia y cambiar la forma de interactuar con los servicios financieros de una manera más eficiente y menos costosa. Las oportunidades no solamente están en los bancos y servicios de pago, también están en los rubros de seguros, préstamos, educación y ahorro, por mencionar algunos.
La única manera de saber qué tan eficientes pueden ser estas empresas Fintech y medir su potencial, es comprobándolo uno mismo. Hoy muchas de ellas ya están activas y con grandes inversionistas atrás respaldando el negocio. Por ejemplo, a través de la página de internet de Bankaool puedes abrir un cuenta y recibir tu tarjeta de débito en un par de días, simplemente llenado una forma con tu información general y con una identificación oficial. Lo mismo sucede con Albo en donde en cuestión de minutos a través de su aplicación, puedes abrir una cuenta que te ayuda a administrar tu gasto, generando reportes mes con mes, para llevar un mejor control sobre tu dinero.
Ninguno de estos ejemplos cobran comisión por manejar tu dinero y son instituciones 100% digitales, sin sucursales.
Te recomiendo hacer este ejercicio: revisa detenidamente tu siguiente estado de cuenta. Lee cuidadosamente la letra chica. Suma las comisiones o cargos generados mes por mes ya sea por utilizar servicios, la banca en línea o por transacciones y penalizaciones.
Hoy puedes evitar todo eso a través de tu teléfono, a unos clics de distancia.