By Mará Gómez Silva
«Fintech», el neologismo creado a partir de los vocablos ingleses «finance» (finanzas, en español) y «technology» (tecnología), se refiere a la actividad a partir de la cual las empresas utilizan las innovaciones tecnológicas para ofrecer servicios financieros de forma más eficaz y menos costosa que la banca tradicional. Un fenómeno emergente que ha llegado para quedarse, también en nuestro país. En España, aunque su tamaño actual es proporcionalmente pequeño, ha multiplicado por cuatro su talla en los últimos tres años y los más optimistas creen que alcanzará nada menos que el 20 por ciento del mercado bancario en el próximo lustro, según Fintech Radar España. En este contexto, más de 200 start ups luchan por hacerse un hueco en la competitiva arena española. Pero, ¿cuáles de ellas lograrán su objetivo y acabarán arrebatando un trozo del pastel a la banca tradicional? Para responder a esta cuestión, hemos preguntado a diferentes expertos cuáles son, a su juicio, los proyectos más disruptivos y con un futuro más prometedor dentro del escenario fintech español.
En general, la mayoría de los especialistas han mencionado (más o menos) los mismos nombres y han acotado a una decena los proyectos actuales con más futuro, desde esos más 200 iniciales. Las start ups que han mencionado con más frecuencia («on the record» o bajo el anonimato) son las siguientes: Ebury y Kantox en el sector del intercambio de divisas; MytripleA, LoanBook y Growly en el área de los préstamos; Indexa y Finizens en el segmento de los robo-advisors; Housers o Crowdcube en cuanto al novedoso fenómeno del «crowdfunding» y Fintonic en el área de los comparadores de productos financieros. Pero veamos con detalle cuáles son las carácterísticas que hacen tan prometedores a estos proyectos.
Housers destaca en el área del «crowdfunding», el fenómeno de desintermediación financiera que pone en contacto a promotores de proyectos que demandan fondos con potenciales prestatarios, normalmente de cantidades pequeñas (también conocido como micromecenazgo). En concreto, se trata de la primera plataforma de «crowdfunding» inmobiliario que surgió en nuestro país y permite invertir en inmuebles desde 50 euros. Según Housers, la rentabilidad se obtiene por la vía de los dividendos asociados a los alquileres y la esperada revalorización de las propiedades.
Crowdfunding inmobiliario
Con este modelo de negocio, Housers consiguió cerrar 2016 con un volumen total de 19 millones de euros de inversión gestionados en su plataforma, según explica Finnovating (una consultora española especializada en fintech, insurtech y neobanks). «Con casi 40.000 usuarios, Housers se postula como una de las start ups más prometedoras de España, un país donde el sector inmobiliario es bien entendido por el consumidor final», destaca la consultora. También Antonio Herráiz, director del Programa de Innovación y Tecnología Financiera del IEB, considera que Housers es una de las start ups más innovadoras del área. «Ha abierto este nicho de mercado en nuestro país. Ha vendido ya varios inmuebles con márgenes altos para los inversores y se espera que en 2017 siga creciendo y sea reforzada con el avance de la regulación fintech en España», asevera este profesor.
En el lado opuesto, en el segmento de las plataformas de financiación alternativa (crowdlending, en inglés), Herráiz destaca MytripleA. Con licencia de entidad de pago otorgada por el Banco de España, esta empresa ofrece préstamos a pymes, autónomos y emprendedores por parte de personas particulares que desean obtener un tipo de interés normalmente más jugoso del que se logra en otros productos financieros. «Se espera que en 2017 siga creciendo en número de clientes y de inversión, apalancándose en que los clientes son más maduros y conocen mejor las posibilidades del fintech en España», asevera este experto.
Por su parte, Finnovating destaca LoanBook en el área de los préstamos de particulares a empresas. «LoanBook es pionera en el vertical del «crowdlending» con más de 22 millones de euros concedidos en créditos a través de su plataforma. Este tipo de inversión es relativamente nueva y desconocida en España, pero con un amplio recorrido fuera de nuestras fronteras», destacan desde la consultora.
Dentro del área de cambio de divisas, una de las empresas más citadas es Ebury. «Con más de 300 personas trabajando en la compañía, se afianza como uno de los líderes en las transacciones internacionales con cambio de divisa en el comercio internacional, usado por empresas de todo el mundo. El volumen acumulado es de 12.000 millones de euros transaccionados», explica Finnovating, quien recuerda que, además, Ebury ha conseguido captar 113 millones de euros en inversión a través de diferentes firmas de «venture capital».
Cambio de divisas
Por su parte, Kantox se dedicaba a algo parecido, aunque la compañía está inmersa en un cambio de modelo de negocio este año, según explica Herráiz. Así, va a reducir su actividad de «broker» de divisas para centrarse en incrementar su negocio de proveedor de tecnología de forex. «Durante este año, se comprobará la rentabilidad de este nuevo modelo, esperando que el 20 por ciento de los ingresos netos venga de este servicio como proveedor de software», asevera este especialista.
Otro sector con un futuro brillante a ojos de los expertos es el de los robo-advisors (de los que ya hemos hablado en las páginas de este suplemento). Indexa Capital, el primer gestor automatizado autorizado por la CNMV, es una de las plataformas de este tipo que mejor lo está haciendo en nuestro país. Ya tiene más de 1.250 usuarios para los que gestiona más de 28 millones de euros gracias a las rentabilidades de entre el 4,6 por ciento y el 9,5 por ciento que están obteniendo sus carteras en su primer año de vida (en el que ha recibido 2 millones de euros de inversión), según recuerda Finnovating. «Es el robo-advisor más prometedor en España, liderado por un equipo de primer nivel de emprendedores. Se espera que 2017 sea el año de su consolidación y siga aumentando de forma significativa su número de clientes e inversión gestionada», añade el profesor del IEB.
La última start up que reseña Finnovating es Fintonic, una de las herramientas de gestión de las finanzas personales más reconocidas del panorama español, con un volumen de usuarios de 367.000, gracias a una exitosa campaña de publicidad y a una herramienta fácil de usar. «Fintonic ha recibido un total de 1,4 millones de euros en sus rondas de financiación. Entre los inversores se encuentran personalidades destacadas que vienen de la banca tradicional como los antiguos consejeros delegados de
BBVA, Santander e ING», destacan desde Finnovating.
Si bien, fuentes del sector jurídico que prefirieren mantener su identidad bajo el anonimato destacan que, aunque los servicios de gestión de las finanzas personales y los comparadores de productos bancarios están logrando llegar a un gran número de usuarios en España, su modelo de negocio despierta dudas. Sus ingresos provienen en muchos casos de la promoción de productos bancarios o del envío de tráfico a las webs de las entidades, lo que choca con un servicio que supuestamente debe ser imparcial y beneficiosos para el cliente.
Y es que, precisamente el caso de Fintonic (pero también el de Housers o incluso en el de los robo-advisors por poner algunos ejemplos) pone de relieve que el porvenir de muchas de estas start ups españolas va a depender en gran medida del papel que ejerza el regulador, que va a ser el responsable de determinar las leyes y los límites legales de cada actividad.