Para hablar del trepidante mundo de las fintech y de los pagos a través del celular –sin tarjetas de crédito ni ninguna de esas “antigüedades”– bien podríamos invitar a la señora Ángela Tejada, pobladora del distrito de Sorochuco, en la provincia de Celendín (Cajamarca).
Cada vez que alguno de sus vecinos desea pagar el recibo de luz, visita “El plebeyo”, su restaurante y uno de los favoritos de la zona, por supuesto.
Allí, en menos de un minuto se liberan de la transacción y, sobre todo, de varias horas de viaje a la capital de la provincia, que sería la otra alternativa para pagar el servicio, de la manera tradicional en una entidad bancaria.
“Nuestro objetivo es promover la inclusión financiera en zonas rurales (como Sorochuco). En estos lugares casi el 100% de la población no está bancarizada.
Antes que nosotros llegáramos, la gente prefería esperar a que le corten la luz para viajar a la capital de la provincia y pagar, porque si lo hacían cada mes el viaje les costaba más que el recibo mismo”, explica a Día1 Amaru Aranda, director financiero y cofundador de Agente Cash.
A la fecha, la fintech cuenta con 530 agentes distribuidos entre Cajamarca y Amazonas. El 75% de su red está ubicado en el campo.
Para este 2018 esperan sumar 1.500 agentes y extender su operación hacia La Libertad. “También queremos anexar otros servicios como parte de nuestra solución, como facilitar el pago de las empresas mineras a los pobladores rurales, o los microcréditos que podrían otorgar las cajas rurales. La idea es crear un ecosistema para que el efectivo no salga”, detalla.
El pago de los servicios es solo uno de los rubros en los que han incursionado las fintech en nuestro país. La mayoría, en realidad, está abocada a los préstamos (24%), según el informe Fintech Radar Perú, elaborado por la consultora internacional Finnovista. También operan en comercio electrónico y financiamiento colectivo (‘crowdfunding’), entre otras actividades.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), son 45 en total, conformando un mercado que la propia entidad ha calificado como uno de los de mayor crecimiento en Latinoamérica el 2017, tal y como lo recuerda Diego Herrera, especialista senior de Mercados Financieros del BID.
“Nuestra institución, junto a las universidades de Cambridge y Chicago, llevaron a cabo el estudio “Hitting Stride” en el 2017. Encontramos que, solo en lo que respecta a préstamos dirigidos a Mipymes (micro y medianas empresas), el Perú generó US$9,9 millones el año pasado”, refiere Herrera.
Añade que ese es un indicio claro sobre el inmenso potencial que tienen las plataformas digitales en nuestro mercado, “en donde las fintech pueden complementar a la industria tradicional de servicios financieros”.
Fuente: BID / Finnovista / UP
CUESTIÓN DE ACCESO
De la misma opinión es Carlos Ferreyros, gerente general de Prestamype. Para él, hay una enorme brecha de inclusión financiera que las fintech pueden cubrir, debido a que todavía un 70% de la población peruana no está bancarizada. “Estamos contribuyendo a que el acceso sea mayor, complementando el trabajo de los bancos”, apunta.
Prestamype ha colocado S/4,5 millones en préstamos el 2017, y para este año prevén alcanzar los S/20 millones, además de integrar servicios adicionales a los que ahora dan.
De acuerdo a Ferreyros, entre las cuatro grandes fintech de préstamos que operan en el Perú (Afluenta, Andy, Independencia y Prestamype) han colocado S/27 millones la temporada pasada, a través de 13 mil créditos a personas y empresas.
Un panorama similar de oportunidades observa Fiorella Lezama, country manager de Mercado Pago. “El Perú ha crecido mucho, en dos años pasó de 14 fintech a 45. Este avance se seguirá dando, es un sector muy dinámico y, al no estar regulado al 100%, permite el ingreso de nuevos jugadores”, señala a Día1.
Mercado Pago, que creció 130% entre julio y diciembre pasado, estudia ingresar a nuestro país soluciones como los pagos a través de código QR (vía smartphones) e incluso su opción “Adelanto”, que son préstamos que realizan, con capital propio, a vendedores y compradores.
“Podemos comenzar con un piloto, pero hay que tomar en cuenta que el mercado aquí todavía está en crecimiento y tampoco se trata de acelerar o implementar soluciones cuando no estamos preparados. Hay primero una etapa de prueba”, acota.
EL ‘HUB’ REGIONAL
Claro, hay un camino que recorrer todavía para alcanzar a mercados como los de Brasil, Argentina o México, pero el caso es que condiciones hay, según el director del Centro de Emprendimiento de la Universidad del Pacífico (UP), Javier Salinas.
“El Perú se va a convertir en un ‘hub’ para las fintech de la región Latinoamérica y, específicamente, para las de la Alianza del Pacífico”, dice.
La UP acaba de firmar un acuerdo de cooperación con la aceleradora de fintech más grande de Europa, Imnsomnia, y Salinas destaca que otras más van a llegar. “Así es como la financiación no va a ser el problema”.
El ejecutivo prefiere hacer foco en lo que él llama la cultura de la innovación, una apuesta por romper los esquemas tradicionales que no se debe quedar solo en el sistema financiero con las fintech y la respuesta que han provocado en los bancos, hoy digitalizándose, sino en todas las empresas e instituciones.